El domingo pasado fuimos por primera vez a la playa y me encantó. Era la primera vez que mis pies pisaban la arena y se mojaban de vez en cuando con el agua del mar, fue una sensación increible... y ya espero ansiosa que se vuelva a repetir.
Lo pasamos genial los tres juntos, papá se dedicó a pasearme por toda la playa, mamá a hacerme fotos y yo a reirme y no parar quieta ni un momento.
Estuvimos poquito rato, hacía mucha calor y además con el primer solecito hay que tener cuidado, por eso mis papis no dejaron de ponerme crema durante todo el rato.
Me han prometido que volveremos a ir y que nos queda todo el verano por delante para disfrutar de la arena y del mar, ya estoy deseando poder meterme en esa piscina gigante, aunque para eso tendremos que esperar aún unos meses, porque aún está demasiado fría para mi, acostumbrada al agua calentita de mi bañera.